Imagen: J. Yerka
Magia, estremecimiento. El pececillo relampaguea en su pecera. La habitación resplandece, ya no hay Ackerstrasse, no hay casa, no hay fuerza de la gravedad ni fuerza centrífuga. La desviación hacia el rojo de los rayos en el campo de gravitación del sol, la teoría cinética de los gases, la transformación del calor en trabajo, las ondas eléctricas, los fenómenos de inducción, la densidad de los metales, de los líquidos y de los metaloides sólidos han desaparecido, se han hundido, se han extinguido.
Alfred Döblin, Berlín Alexanderplatz
1 comentario:
La verdad es que el que se aburre es porque quiere. Por todas partes tenemos elementos para motivarnos. Veo la imagen de esta entrada y daría para horas de pensar cosas sobre ella, para días de imaginar cosas a partir de ella.
Es una imagen cuando disponemos de billones de ellas.
Si no, podemos pasar a las palabras, a las que cuentan historias, o sugieren sentimientos, o aportan información o conocimiento.
Y si no...
Estemos donde estemos, en medio metro a nuestro alrededor tenemos todo lo necesario para ocupar, por aprovechar, cien horas de vida... siempre que nuestro "coco" quiera ver lo que hay o ver a partir de lo que hay.
El que se aburre es porque quiere.
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